Lima, 08 de noviembre de 2023
RELACIÓN
LABORAL
Por
Antero Flores-Araoz
Ministerio
del Trabajo, no solo es del Trabajo sino también de Promoción
del Empleo, debiendo ser esto último la primerísima
prioridad de la tarea de ése importante Sector del Poder
Ejecutivo.
Pese al crecimiento del Perú en las últimas
tres décadas, lamentablemente relativizado como consecuencia
de la Pandemia del Covid 19 y la mala gestión de últimos
gobiernos, además de desaciertos electorales, tenemos aun
mucha desocupación.
Todos los años salen de
escuelas, institutos y universidades, miles de personas en búsqueda
de empleo que no encuentran, lo que se agrava con las personas ya
jubiladas, con magras pensiones que los obligan a buscar lo que
comúnmente se llama “cachuelos”, para poder
subsistir.
Para que exista trabajo no se requiere de milagros, lo
principal es que el Estado genere confianza con los inversionistas,
que ponen sus capitales en riesgo para crear empresas, las que a su
vez dan trabajo.
Generar confianza no es fácil, se requiere
de muy buena actitud desde el Estado a favor de los emprendedores,
que exista tranquilidad en el país, que las instituciones
públicas funcionen eficientemente de acuerdo a sus
atribuciones y facultades, economía estable al igual que la
moneda nacional, inexistencia de conflictos entre los poderes del
Estado y las demás entidades públicas, predictibilidad
tributaria y tasas impositivas competitivas, pero además y muy
importante el trato respetuoso a los administrados, especialmente al
sector inversor.
Dentro del respeto a los administrados hay que
considerar que las autoridades cumplan con sus funciones
ordenadamente y sin abusos, sobre todo en multas y otras sanciones, y
que se respete la palabra empeñada y los contratos en que el
Estado sea parte, gusten o no, así como que las diferencias,
controversias y litigios se resuelvan dentro del debido proceso, sea
por la autoridad jurisdiccional judicial o arbitral. No se debe
olvidar que la “tramitología” debe ser
sencilla.
En materia laboral, la autoridad administrativa adscrita
al Ministerio del Trabajo y Promoción del Empleo, es la
SUNAFIL, la que lejos de colaborar generando clima de confianza y
tranquilidad entre el sector empleador y el laboral, se ha convertido
en la mala de la película, en que parecería se regocija
con poner multas y aplicar otras sanciones, lo que inhibe a muchos
emprendedores a seguir creando empresas, tan necesarias para demandar
trabajo.
Hemos observado exageraciones en las inspecciones de
SUNAFIL, las que en lugar de ser amigables, brindando su consejo a
los empleadores para las buenas relaciones con los trabajadores, lo
que hacen es tratar a los primeros como si fuesen enemigos. Ha
llegado SUNAFIL al extremo de sancionar con exageradísima
severidad a empleadores en cuyo centro laboral se han producido
accidentes, sin considerar que ellos son a veces caso fortuito, pese
a que se cumplan las disposiciones de la normatividad sobre seguridad
e higiene laboral.
La autoridad laboral mencionada espanta a los
empresarios formales y no se da cuenta que con su actitud, lejos de
propender a la ampliación de la demanda laboral, la restringe,
con lo cual se atenta contra quienes desean obtener trabajo, que
insistimos, debería ser la principal preocupación del
Sector Trabajo.
El Poder Judicial tampoco ayuda mucho, pues ha
sancionado penalmente al gerente de una empresa en que hubo un fatal
accidente, pero ello no puede ser responsabilidad de la más
alta autoridad empleadora.